Decía Albert Einstein que uno no ha entendido realmente algo hasta
que no es capaz de explicárselo a su abuela. Aceptamos el reto e
intentamos explicar de manera sencilla qué es la partícula de Higgs y
por qué es trascendente su búsqueda.
Querida abuela:
La Física no es una cuestión tan complicada como parece. En los últimos años, habrás escuchado hablar sobre esa partícula que los científicos se afanan en buscar con sus gigantescas máquinas en Ginebra y de la que depende buena parte de nuestro conocimiento sobre el mundo. La llaman el bosón de Higgs.
Hace tiempo, los físicos del CERN anunciaron que tenían la partícula
acorralada y que pronto podrían decirnos tanto si existe como si no.
¿Cómo es posible que aún no lo sepan?, te preguntarás. ¿Y cómo puede
tener tanta importancia una partícula tan insignificante que ni siquiera
la podemos detectar?
El asunto, querida abuela, se remonta a hace 13.700 millones de años.
Entonces se formó la materia y se produjeron unos niveles de energía
increíbles en lo que conocemos como Big Bang. Pero vamos a saltarnos
esta parte. Mucho tiempo después de aquello, nuestros científicos están
intentando comprender de qué están hechas las cosas y, no menos
importante, cómo permanecen unidas. Respecto a la primera pregunta, y
tras muchos palos de ciego, los físicos han conseguido desentrañar elrompecabezas de la materia y ya tienen un catálogo muy interesante.
Las cosas están hechas de átomos,
y dentro de estos átomos hay otras partículas más pequeñas como las que
componen el núcleo, protones y neutrones, los electrones (que lo
orbitan), los quarks, etc. Para encontrar nuevas partículas, los
científicos las aceleran a una gran energía y las hacen chocar entre
ellas en grandes colisionadores. Como la energía y la masa deben
conservarse, cuando falta una parte al final del proceso los físicos
saben que debe haberse creado una partícula nueva. Así se dedujo la
existencia de otro personaje que se ha hecho muy popular últimamente, el famoso neutrino. Y así se busca el bosón de Higgs.
En cuanto a la forma en que se unen las cosas, después de muchas investigaciones sabemos que existen cuatro fuerzas fundamentales: la de la gravedad (la que hace que al pegar un saltito vuelvas a caer al suelo, por ejemplo), el electromagnetismo (que permite funcionar a los motores y a los teléfonos móviles), la fuerza nuclear fuerte (que mantiene unido el interior del núcleo de los átomos) y una cuarta fuerza conocida como fuerza nuclear débil y que aparecía en algunos procesos concretos, como el que se produce en los elementos radiactivos, como el uranio o el plutonio.
Pues
bien, investigando este fenómeno, y en su afán por unificar las cosas,
los científicos se dieron cuenta de que a altas energías, la fuerza
débil y el electromagnetismo se comportaban igual, pero a bajas energías
eran muy diferentes. La partícula responsable del electromagnetismo, elfotón, no tenía masa, pero las partículas responsables de la interacción débil, llamadas bosones W y Z, tenían una masa enorme. Es decir, a altas energías se comportaban igual que el fotón,
como si no tuvieran masa, pero a bajas energías no. La pregunta que
surgió entonces era aún más interesante. Ya sabíamos de qué están hechas
las cosas y cómo permanecen unidas pero, ¿por qué tienen masa las partículas?
En 1964, un físico británico llamado Peter Higgs propuso una solución que otros desarrollarían más tarde: existía un campo, invisible pero presente en todo el universo desde el Big Bang, que era el responsable de darle masa a las cosas. ¿Cómo lo hacía? Para entenderlo, necesito que te imagines el universo como una gigantesca piscina. Todo lo que avanza en el agua se encuentra una resistencia, luego el agua (el campo de Higgs) es lo que les da la masa. Unas partículas encuentran mucha resistencia (tienen más masa) y otras no encuentran ninguna (como los fotones, la luz). Igual que el agua está compuesta de moléculas, ese campo de Higgs está compuesto de una serie de partículas hipotéticas, las conocidas como bosones de Higgs.
Para entenderlo, voy a adaptar un ejemplo que ponen los científicos del CERN. Imaginemos una sala llena de abuelas. Cada
una de ellas sería un bosón y juntas compondrían el campo de Higgs (el
agua del anterior ejemplo). Si entrara alguien muy famoso en la
habitación, se producirá una expectación en torno a él que terminará
traducida en cierta resistencia a su avance. En este caso el famoso
sería como una partícula y el campo de Higgs serían las abuelas, que le
harían ganar masa. Mi amigo Ismael lo explicaba el otro día con una
playa por la que avanzara un vendedor de helados con su carrito y que
estuviera llena de niños invisibles. Los críos se arremolinarían en
torno a él y le impedirían avanzar, dándole masa. En este caso los niños
serían los bosones de Higgs.
¿Vas viendo por dónde van los tiros?
Tranquila, aún estamos empezando y volveremos sobre este asunto. Para
que lo entiendas mejor, debes saber que todo el conocimiento que te he
expuesto anteriormente compone lo que los físicos conocen como Modelo Estándar de la Física.
Se trata de una ecuación con muchísimas variables y funciona
perfectamente para todo lo que nos proponemos. Y ahora sí, agárrate
abuela, porque ésta es la fórmula:
¿Impresionada?
No era mi intención asustarte, solo te he puesto la fórmula para que te
fijes en un detalle y comprendas por qué se empeñan los científicos en
buscar el bosón de Higgs. Vuelve a mirar la ecuación y fíjate en las "H". Ese valor representado en la fórmula es el bosón de Higgs y, aunque no lo hemos encontrado, es fundamental para que el Universo se comporte como se comporta, ya que cada vez que ponemos en marcha la ecuación, nuestras predicciones funcionan.
¿Por qué es tan difícil encontrar el bosón de Higgs? Aunque tenemos medidas indirectas de la existencia del campo de Higgs, hay que encontrar la partícula para tener la certeza de que existe.
Pero esto es realmente difícil, porque cuando intentamos verlos, los
bosones de Higgs se desintegran inmediatamente hacia otro tipo de
partículas y no hay manera de registrarlo.
Para que te hagas una idea, la vida media (en reposo) de un bosón de Higgs de 125 GeV es de una billonésima de billonésima de segundo, unyoctosegundo (¡qué
palabra para presumir con las amigas!). Lo que están haciendo con esa
gran máquina de Suiza, el LHC, es hacer que muchas partículas choquen
entre sí a gran velocidad y ver las huellas que deja tras de sí el bosón. De
momento, las pruebas no son lo suficientemente precisas para
encontrarlo pero sí para "acorralarlo", ya saben en qué abanico de
energía puede aparecer y como lo irán estrechando en los próximos meses,
pronto sabemos si esa "H" de la ecuación existe, si en realidad son varias partículas en vez de una o si no hay rastro del famoso bosón y a los físicos les toca volver a echar cuentas.
Veremos
qué sucede a lo largo del año de 2012 y volveré a contarte qué han
encontrado y si sabemos un poquito más de nuestro universo o seguimos
hechos un lío.
Hasta entonces, cuídate mucho. Recuerdos al abuelo.
Antonio
*PD.
Ninguna abuela resultó herida durante la elaboración de este artículo.
Si tu abuela es licenciada en física y no necesita que su nieto le
explique nada, échale la culpa a Einstein, por basarse en estereotipos
caducos e injustos sobre las abuelas.
( Del Antonio Martínez Ron teinteresa.es)