Cada emoción provoca un conjunto de reacciones, a continuación las más evidentes:
Miedo:
la sangre se reparte en lugares imprescindibles para tomar una actitud
evasiva; puede ocurrir que nuestro organismo se paralice antes de tomar
una salida acertada. Pero el cuerpo se encuentra sometido a un estado de
máxima alerta. Se asocia al nerviosismo, ansiedad, preocupación,
inquietud, y en un nivel mas grave, con la fobia y el pánico.
Ira: nuestro cuerpo reacciona enviando sangre hacia las manos,
favoreciendo el empleo de armas o predisponernos para golpear de manera
contundente. Se acelera la frecuencia cardiaca, y se elevan hormonas
(adrenalina) que predisponen nuestro organismo, para emprender la
acción. Se asocia con la hostilidad la furia, la indignación, y en casos
extremos, con el odio patológico.
Amor: sentimientos de ternura y complacencia sexual, generan un
estado general de calma relajación y satisfacción, predisponiendo todo
nuestro organismo al entendimiento mutuo. Se asocia a la simpatía,
amabilidad, afinidad, adoración, pero en ocasiones patológicas puede
conducir a dependencia extrema.
Alegría: se suprimen sensaciones negativas o de incomodidad. Se
anulan prácticamente todas las reacciones fisiológicas de importancia,
excepto la sensación de tranquilidad y calma corporal. Se asocia con el
placer, la diversión, la armonía sensual, en niveles algo más altos, con
la euforia, y el éxtasis.
Sorpresa: elevar nuestras cejas expresando sorpresa, nos permite
ampliar el campo visual y que nuestra retina reciba más luz. Esta
reacción aumenta la información sobre el acontecimiento, facilitando la
mejor manera de elección ante la nueva situación.
Disgusto: Un gesto facial de disgusto se perfila para bloquear
las fosas nasales en caso de percibir una sustancia desagradable y
facilitarnos la necesidad de expulsarla..
Tristeza: en caso de perdidas, se asocia a una una función
adaptativa y reparadora. La tristeza provoca una disminución de la
energía e ilusión por las actividades cotidianas, paraliza nuestro
metabolismo y nos limita y aísla. En casos graves, podemos alcanzar la
depresión.
Interés: una emoción que nos ayuda a consolidar nuestra atención
en un estímulo proveniente del entorno, por el cual y en circunstancias
específicas, añadimos un valor referente.
(De orientacioanduja.es)