El inicio del otoño
 va ligado a sentimientos de nostalgia y tristeza, pero nada más lejos 
de la realidad si recordamos lo que se celebra desde la antigüedad: 
equilibrio de fuerzas entre el día y la noche, tiempo de recolección, de
 vendimia y una época en la que el campo y los árboles nos ofrecen 
auténticos manjares.
La palabra “equinoccio” proviene del latín “aequinoctium”, que 
significa “noche igual”, ya que hace referencia al momento en el que el 
día y la noche tienen la misma duración de horas, si bien, debido al 
tamaño del Sol y a los efectos de la refracción atmosférica, en los 
equinoccios la longitud del día excede ligeramente a la de la noche.
A partir del lunes, cada día amanecerá un minuto más tarde y el Sol 
se pondrá por el horizonte también un minuto y algunos segundos antes, 
por lo que disfrutaremos de casi tres minutos menos de Sol cada día.
(De El País.com y ABC.es) 
Y para finalizar o dejo un trocito de Vivaldi de las "Cuatro Estaciones"