martes, 23 de marzo de 2021

REMORDIMIENTO Y CULPA









 


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La ilustración de arriba tenía unos colores oscuros, no parecía nada alegre. Tiene un punto extraño, misterioso, pero lo que más llama la atención es ese ser negro (parecido a un cuervo) que nos acecha. Esta ilustración representa el remordimiento.




En la segunda ilustración, lo que más llama la atención es ese enorme peso que tiene al barquito luchando por seguir a flote. Ese peso le impide avanzar. Y ese peso representa la culpa.

En cuanto al remordimiento, he querido diferenciarlo bien del arrepentimiento, porque muchas veces se confunde. Nos podemos arrepentir de algo que hemos hecho (¡me arrepiento de haber estudiado Derecho porque yo en realidad quería haber estudiado Arte Dramático!), pero también de algo que no hemos hecho (¡me arrepiento de no haber viajado cuando me surgió aquella oportunidad!). Y, por otro, lado, nos podemos arrepentir de cualquier cosa, sea mala o no. En cambio, sólo sentimos remordimiento ante algo que hemos hecho mal. Por ejemplo: viene alguien y te ofrece unos bombones. Y tú dices que no. Después te podrás arrepentir de haber dicho que no (porque en realidad te apetecían, porque piensas que se lo podrías haber regalado a alguien... por lo que sea). Pero el haber dicho que sí o el haber dicho que no, sólo eran opciones, igual de buena una que otra. En cambio, puedes sentir remordimiento si, al cambiar de opinión, coges a escondidas esos bombones (porque sabes que eso no está bien hecho). Y cuando sientes remordimiento, te genera malestar.
Cuando el remordimiento se las ingenia para que no puedas dejar de pensar en algo malo que hiciste, crece ese malestar y te va invadiendo poco a poco. Y es cuando aparece la culpa.
En cuanto a la culpa,  hay que "aparcarla" (la preocupación y la culpa son los dos sentimientos más inútiles del mundo). ¿Eso quiere decir que si hacemos algo mal nos tiene que dar igual? Pues tampoco, pero de nada sirve acusarse, condenarse y autoflagelarse. 
¿Acaso sentirnos culpables nos va a llevar a una solución? ¿Acaso nos deja avanzar? 
Ya vemos que no, en la ilustración del barquito. Ese peso enorme (que la culpa se encarga de hacernos creer que merecemos llevar) sólo nos hace sentir miserables. Y lo peor es que a veces nos sentimos culpables por algo que hemos hecho sin intención . Por tanto, cuando cometemos un error, cuando nos equivocamos, hay que reflexionar, analizar, pensar por qué ha ocurrido, buscar una solución, pedir perdón si hemos hecho daño a alguien... En definitiva, APRENDER e INTENTAR MEJORAR. Listo. Lo demás sobra. Sentir remordimiento al hacer algo mal es normal y sano, pero ahogarse en la culpa, no.

Cuando somos conscientes de que hemos cometido una falta, podemos experimentar vergüenza.



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