La noche de Santa Lucía
Para la Iglesia Católica, Lucía es la Santa protectora de la luz (de
ahí se origina, justamente, su nombre). Su noche se celebra entre el 12 y
el 13 de diciembre, sobre todo en las escuelas, residencias de
ancianos, hospitales y demás instituciones en Dinamarca, con procesiones
de niñas y cantos tradicionales. Según cuenta la leyenda, Santa Lucía
llevaba una corona de velas en la cabeza para tener las manos libres y
así poder llevar comida a escondidas a los cristianos que se escondían
en las catacumbas de Roma en la antigüedad.
En Suecia oficialmente la navidad comienza con el primer domingo de
Adviento. A partir de ese día cada domingo se irá encendiendo una vela
hasta completar los cuatro de los que consta ese tiempo litúrgico. Los
niños también ayudan a contar los días de este periodo, pero en lugar de
velas utilizan el “adventskalender”, un calendario en el que cada día
que precede a la navidad está representado por una ventanita debajo de
cual hay una chocolatina o dulce (así la espera se hace más llevadera).
Una de las tradiciones de la navidad sueca más vistosa tiene lugar el
día de Santa Lucía, el 13 de diciembre. Ese día se celebra una
procesión en la que participan las jóvenes de las distintas localidades
vestidas con mantos blancos decorados con lazos rojos y llevando en sus
cabezas coronas de velas encendidas. La más espectacular tiene lugar en
la capital, Estocolmo, y en ella llegan a participar más de 100.000
muchachas.
Pero, ¿En que consiste esta celebración?
Consiste en una procesión religiosa compuesta por una chica que encarna a Santa Lucia y que va acompañada de otras chicas llamadas damas de honor como también, de chicos llamados chicos estrellas (en sueco: stjärngossar) y a veces, son incluidos los niños más chicos emulando unos duendecillos y que hacen
un recorrido o circuito iluminando y llenando los espacios de las
iglesias, lugares de trabajo, escuelas y hospitales con sus canticos en
honor a Santa Lucia destilando una agradable paz y energía a la gente
que los observa.
Una procesión encabezada por la chica que encarna a Santa Lucia y seguida por sus damss de honor. Fuente: Sverigeradio.se
Esta procesión ha ganado gran popularidad en Suecia dando lugar a
que cada pueblo o lugar elija a su propia Santa Lucía con sus damas de
honor y chicos estrellas como también, existe una Santa Lucia elegida a
nivel nacional con sus damas de honor y cuya procesión se emite en la
televisión por otra parte, esta celebración da pie para algunos hermosos
y sofisticados espectáculos, conciertos corales en iglesias y teatros
en Suecia que van ensalzando este mes navideño.
Un aspecto importante de mencionar en esta especie de ritual
religioso es la vestimenta y los detalles que son dignos de describir:
la chica que representa a Lucía va con una corona con velas encendidas
cuidadosamente engarzadas a una diadema y va vestida con una túnica
larga y blanca que simboliza la pureza e inocencia de esta santa ceñida a la cadera con un fajín rojo que representa la sangre del martirio
y por último, lleva las manos unidas en actitud de rezo en la procesión
y en cuanto a las damas de honor que la acompañan llevan la misma
vestimenta sin la corona con las velas pero, con una vela encendida en
una mano y los niños van vestidos con capirotes adornadas con estrellas
doradas que le dan toda una magia a esta ceremonia con sus vestimentas y
las velas que otorgan esa luz que está relacionado con el significado
del nombre de Santa Lucía y con el solsticio de invierno.
En
esta imagen se aprecia las chicas con sus vestidos blancos y el fajín
rojo y Santa Lucia destaca con su corona de velas y en tanto, los chicos
se ven con sus vestidos con capirotes.
Por lo general, en esta procesión los chicos llevan consigo deliciosos lussejkatter
que son unos bollos de harina de trigo condimentadas con azafrán en
forma de espiral y decoradas con un par de pasas o también, pepparkakor o galletas de jengibre para repartir a los presentes.
Galletas de jengibre y deliciosos Lussejkatter.
En un contexto más familiar la tradición señala que la hija mayor encarnara a Santa Lucía
vistiéndose con alguna bata blanca en la mañana y con una corona de
velas así, ofrecerá acompañada de hermanas o hermanos un desayuno en la
habitación a sus padres con ricos bollos, café o vino caliente con
especias.
Finalmente, la celebración de Santa Lucía se ha convertido a lo largo
del tiempo en Suecia en una actividad que enriquece de alguna manera,
el espíritu de su gente, la une como pueblo y esta, estrechamente
vinculado a las condiciones de la vida de la sociedad sueca, a su clima
con los ciclos de luz, oscuridad, frio y calor marcados en su alma.