viernes, 13 de marzo de 2020

HOLA A TODOS!!!


Hola a tod@s:


Para que este fin de semana os divirtáis un poco os pongo la película de KIRIKU Y LA BRUJA.


Espero que os guste a tod@s. Es superdivertida.

Besicos y buen fin de semana en CASA.

Kirikú y la bruja  

Kirikú se baña justo después de nacer en Kirikú y la bruja.
De la barriga de la mujer embarazada sale una voz. “Madre, dame a luz”. A lo que ella, entre sorprendida y serena, responde: “Un niño que habla en el vientre de su madre, se da a luz solo”. De repente, de entre las piernas de la joven encinta emerge gateando la figura de un minúsculo niño que se corta él mismo el cordón umbilical y que proclama, con convicción: “¡Me llamo Kirikú!”. Así empieza la película de dibujos animados Kirikú y la bruja, dirigida por Michel Ocelot en 1998, un filme sin grandes alardes técnicos, de líneas simples y definidas, pero que ha sabido conquistar el corazón de millones de espectadores en todo el mundo y que se asoma, con ternura y curiosidad de niño, hacia esa África de la magia, las leyendas y los cuentos que se resiste a morir.
Kirikú y la bruja (Kirikou et la sorcière, en francés) es una deuda pendiente que Michel Ocelot tenía con su infancia. La historia es una adaptación de un cuento africano, pero el color, el sonido, las plantas, el ambiente, los mensajes, todo lo demás, en fin, procede de la propia experiencia vital de su creador que, pese a haber nacido en Francia en 1943, pasó buena parte de su niñez en Conakry, capital de Guinea. “Cuando yo era pequeño, era negro”, asegura el propio Ocelot, quien ha dicho en múltiples ocasiones que todos los recuerdos que conserva de sus primeros años están llenos de “belleza”. En este sentido positivo, el realizador galo apuntaba en una entrevista concedida a la radio África nº 1 que “necesitaba arreglar mis cuentas con el África negra y lo he hecho con Kirikú.




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