Esta semana trabajaremos en nuestro Proyecto Emocionario dos emociones, ya que están muy relacionadas: la tristeza y la compasión.
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Y es que las caras de los protagonistas lo dicen todo ante la desgracia que acaban de vivir...
La tristeza es una de las emociones básicas del ser humano, junto con el miedo, la ira, el asco, la alegría y la sorpresa. Cuando estamos tristes disminuye nuestra energía, nuestro estado de ánimo, nuestro apetito... Es como un velo que que nos empaña la vida y la viste de gris.
No a todas las personas nos entristecen las mismas cosas, pero es habitual sentir tristeza cuando nos decepcionan, cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando perdemos algo que era importante para nosotros.
La compasión, en cambio, es la pena que nos provoca la desgracia de los demás. Significa literalmente "sufrir juntos" y supone la percepción y comprensión del sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar o incluso eliminar por completo tal sufrimiento. En esta ilustración, hasta las plantas abrazan al zorro con ánimo de protegerle y ayudarle.
Podemos sentir compasión incluso cuando no conocemos a la persona que está sufriendo. Eso lo vivimos a menudo cuando vemos una desgracia en televisión, sin conocer a la persona a la que le está ocurriendo. Y ante catástrofes que afectan a gran número de personas, como terremotos o inundaciones, sentimos ganas de ayudar. Hay quien colabora económicamente y hay quien se presenta voluntario para prestar ayuda humanitaria.
"Una alegría compartida se convierte de doble alegría, y una pena compartida se convierte en media pena".
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